Prólogos
Semblanzas poéticas
Discurrimos en torno a una fragilidad que no es
despojo hiriente de la palabra; tallos de la inquietud, hojas de luz y un verbo
razonado ( raison de coeur ), templado en la fuente original de toda poesía
verdadera.
Luego, una quietud alada, con silencioso nombre
nos impone un recogimiento claustral ( Maeterlinckiano ), un misterio que vela
otra inocencia.
Leemos estas palabras, cual miramos sedentes,
en la paz de la hierba, la hoja que cae, oímos un rumor suave, la tenue
gravidez dorada sobre un sendero que sólo es del otoño.
El lector advertirá rasgos verbales sólo
rozados con la imagen del habla, apenas detenidos por la seda inconsútil del
verso.
El silencio suele ser su crisálida.*
* El silencio engendra la palabra.
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