Poema II
Tus ojos ya no alaban
El bruñido dictado de las hojas
Ya de sonoras dríadas ausente
Está tu corazón
" Ya las lustrales aguas de la noche te absuelven
de los muchos colores y de las muchas formas ";
un oro cae con levedad de seda
dice naturalmente: es el otoño
que ardor de llanto
que implacable filo
que lengua en sangres
cual fragrante espada
la desnudez desnuda
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