Epílogo modernista
Es polvo lo
que tocas
No es tu
carne
No son los
ojos de la amada
Vivíficas
doncellas ni zafiros
En un cielo
oriental
De ensueño
orlado.
Ni andante
ni tornada
Porcelana
ondulada;
Y diáfana
vivífica moviente
Toda ella
mira
Con los ojos
ciegos
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