Poema VIII
Prólogo de Gabriel landoni
Sobre el tálamo suave
Esta vez indeciso de las hojas,
Porque aún no ha llegado la reinante,
Con su oro, claridad de la mañana;
Los ojos ven, el corazón se apoca
Pues un ojo mayor lo mira todo
Criaturas, caminos y senderos
Páramos blancos, dalias de silencio
Fragancia que une a un cielo, amor tardío
con su tierna lealtad en alabanza.
Sobre la quieta rama canta el día
Tu quieres que te diga última y vana,
La ardiente soledad que callo a solas
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