martes, 5 de noviembre de 2019

A una mariposa muerta


A una mariposa muerta

El aire te renueva delicada abstinencia
Hacia otra flor ausente;
De la cinérea rosa desvelada
El bien de su corola te adormece
Mas besa el polvo de tus alas muertas,
Como una seda por la leve sombra
Como un secreto  largamente en ti.

lunes, 5 de agosto de 2013

Poema 5 La noche

Poema 5 

La noche

te duermes mientras vela tu memoria
un callado consuelo,
y te pierdes por calles solitarias
el pétalo aun reposa,
en guarecidas manos de la noche
caricia que aguardabas

como ella vuelve por caminos blancos
a entregarte la sombra que te invade
y tiene por mejores aventuras
la sien amada la llorada pluma
el viaje del silencio por el alma



de Luis de Tejeda

Sobre el ocre esmaltado de un verdor distraído
He aquí la distinta variedad de las rosas
Un zorzal metaliza en líneas diáfanas
La pasión de su canto en el pausado ambiente.
He aquí las rosas
Las hay rojas-rubí, amarillas y blancas;
Un pequeño librito de alas fresas
Se posa sobre ellas 
Que visión distendida ha de tener
Quien mira esta paisaje
Misericorde y trémulo.
Desde mi celda de herrumbrados hierros
Y de muertos maderos
Yo pinto este paisaje.
Un aliento gozoso exhala el álamo.
“De los llantos del alba apenas goza
Cuando es del dueño singular cuidado.”

Prólogos Semblanzas poéticas

Prólogos

Semblanzas poéticas

Discurrimos en torno a una fragilidad que no es despojo hiriente de la palabra; tallos de la inquietud, hojas de luz y un verbo razonado ( raison de coeur ), templado en la fuente original de toda poesía verdadera.
Luego, una quietud alada, con silencioso nombre nos impone un recogimiento claustral ( Maeterlinckiano ), un misterio que vela otra inocencia.
Leemos estas palabras, cual miramos sedentes, en la paz de la hierba, la hoja que cae, oímos un rumor suave, la tenue gravidez dorada sobre un sendero que sólo es del otoño.
El lector advertirá rasgos verbales sólo rozados con la imagen del habla, apenas detenidos por la seda inconsútil del verso.
El silencio suele ser su crisálida.*


 * El silencio engendra la palabra.

Poema numerativo

La zozobra y el miedo,
El frío de la noche constelada
La humillación, la cárcel, el martirio,
El niño que merece ver tus ojos
La lágrima y la culpa
Cinthia que mueve su plateada rueda
Junto al austro sus témpanos de fuego;
La espada que resuena en la batalla
Una nave perdida en Galilea
La nave trabajada por las ondas
Sirio que mira con luciente pena

La gracia de una anémona en la nieve

Variaciones

Variaciones


la belleza y el ardor
de la belleza
tienen su centro
el corazón de Orfeo



los nacarados álamos esbeltos
mecen al viento su canción plateada
desnuda y gris la rama
da su silencio audible
para las almas puras
regala oro a la tarde



¿ quién alivia tu culpa ?
Lo ignoro
Dejas caer el libro
O el olvido





del árbol

 del árbol

a Herrera y Reissig

cuando crece la savia el árbol llora
la semilla que deja desterrada
dios le habla en secreto y un rubor claro
renace en la corteza silenciosa
no es primavera cae la nieve umbría
el pardo leño aclarase de estrellas diminutas
duerme un lebrel al pie de la cabaña
siente la gran altura de los álamos
la esbeltez de los álamos
naturalmente corre un agua clara
todo es silencio y luz
ya no hay doncellas rubias
que acomoden la leña  humedecida
ni lueñes tallos verdes
echados sobre el surco
ni palabras que digan al oído
un te quiero te extraño

no te olvido  olvides