A ti mismo
a Luis Alberto Ballester
No te perdonarán las horas*
En que has vivido muerto;
Los días pasarán como la flor-aljaba
O cual la flecha que detiene la aljaba;
La nieve besarás en los pies de una niña
Y aun la alegría ha de darte lágrimas
Para mirar las nubes plateadas vagar
Por el espacio inmóvil; “la noche ahora está llena
De orejitas que escuchan”*.
Es el invierno, ya no caen las espléndidas magnolias aromadas
Y un viento helado templa los desnudos maderos.
¿Adonde huyó la náyade desnuda?
Y el blanco toro a la mojada ninfa
Hurto la mansedumbre y el olvido*.
* Mal te perdonarán a ti las horas que limando están los días , los
días que royendo están los años. Góngora.
* Yo solía frecuentar en su
casa de la calle Charcas la amistad de Luis Alberto Ballester, una mañana me
acercaba ya al umbral de su puerta y él salía y cuando iba yo a saludarlo me
dijo asombrado y elocuente éstas palabras de la poeta griega Safo, las
pronunció en castellano: “la noche está llena de orejitas que escuchan” te das
cuenta
* que el nivio toro a la de cien ciudades
Creta conduzco la robada ninfa
las náyades a las aguas de la
fuente.
Marcelino
Menéndez y Pelayo.
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